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Los centros de día: un apoyo clave para el bienestar de las personas mayores y cuidadoras
8 agosto, 2024
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¿Qué son los síndromes geriátricos y cómo afectan a la calidad de vida de las personas mayores?

Los síndromes geriátricos son cuadros clínicos que afectan a la salud y a la calidad de vida de los mayores.

Se originan por la interacción de múltiples factores de riesgo, enfermedades y condiciones propias del envejecimiento.

Estos síntomas, además de caracterizarse por provocar un deterioro funcional, social, psicológico, aumentan la dependencia de las personas. Entre los principales síndromes geriátricos, se reconocen cinco grandes grupos:

  • Inmovilidad
    Es la incapacidad para desplazarse o realizar actividades de la vida diaria como consecuencia de problemas físicos, funcionales o psicosociales, afectando tanto a la movilidad como a la marcha y al equilibrio, provocando complicaciones como la atrofia muscular, úlceras por presión, trombosis venosa, infecciones respiratorias, estreñimiento, incontinencia, depresión o aislamiento social. La inmovilidad puede tener diversas causas, al igual que enfermedades osteoarticulares, cardiovasculares, neurológicas o psicológicas.
  • Inestabilidad y caídas
    Es la dificultad para mantener el equilibrio. Las caídas son uno de los principales problemas de salud en las personas mayores, ya que pueden provocar fracturas o traumatismos craneales. Además, las caídas suelen generar miedo, ansiedad, pérdida de confianza y restricción de la actividad. Su origen es intrínseco como alteraciones de la visión, el oído, el sistema nervioso, el sistema musculo esquelético o extrínseco como obstáculos, iluminación deficiente, calzado inadecuado o medicamentos.
  • Incontinencia urinaria
    Es la pérdida involuntaria de orina que afecta a la higiene, la salud y la calidad de vida. La incontinencia urinaria puede ser de varios tipos, como de esfuerzo, de urgencia, mixta o funcional; y sus causas pueden ser anatómicas, fisiológicas, neurológicas, farmacológicas y psicológicas, entre otras múltiples.
  • Deterioro cognitivo
    Es la pérdida de las funciones mentales como la memoria, la atención, el lenguaje o el razonamiento, pudiendo estar causado por diversas enfermedades, como el Alzheimer, el Parkinson, el ictus, las infecciones y los tumores. El deterioro cognitivo puede afectar a la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria, la comunicación, la interacción social o el estado de ánimo.
  • Fragilidad
    Es un estado de vulnerabilidad que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones de salud -ya sean caídas, fracturas, hospitalizaciones y situaciones de máxima dependencia-. Se caracteriza por la pérdida de peso, la disminución de la fuerza muscular, la fatiga, la lentitud y la baja actividad física. Puede estar relacionada con factores como el envejecimiento, la malnutrición, la perdida degenerativa de la masa del musculo esquelético, la inflamación o las enfermedades crónicas.

 


¿CÓMO PREVENIR Y TRATAR LOS SÍNDROMES GERIÁTRICOS?

Desde Accent Social, consideramos que la prevención y el tratamiento de los síndromes geriátricos requieren una evaluación integral, que consiste en una valoración del estado de salud, funcional, mental, social y ambiental de la persona. A partir de esta evaluación, se pueden identificar y tratar sus causas, así como implementar medidas preventivas y terapéuticas que mejoren su función. Algunas de estas medidas son:

  • Fomentar una dieta equilibrada y variada, que aporte los nutrientes necesarios para la salud y la prevención de la malnutrición y la pérdida de masa y fuerza muscular.
  • Promover el ejercicio físico regular, siempre adaptado a las capacidades y preferencias de la persona mayor, para mejorar la fuerza muscular, el equilibrio, la movilidad, la marcha y la prevención de las caídas.
  • Estimular la cognición y la memoria mediante actividades que mantengan y mejoren las funciones mentales y prevengan el deterioro cognitivo.
  • Favorecer la relación social y el apoyo emocional a través de la participación en grupos, asociaciones y voluntariados que eviten la soledad, la depresión y el aislamiento social.
  • Adaptar el entorno y la vivienda para eliminar obstáculos, mejorar la iluminación, facilitar el acceso y proporcionar dispositivos de ayuda que aumenten la seguridad, la comodidad y la independencia de la persona mayor.
  • Aplicar tratamientos específicos, según el tipo y gravedad del síndrome, como la fisioterapia, la terapia ocupacional, la psicoterapia y la cirugía, entre otros.

Ante esta situación, es necesario ofrecer una atención integral, individualizada y multidisciplinar, que aborde tanto la prevención como su tratamiento, y que tenga en cuenta sus necesidades biológicas, psicológicas y sociales.

 

Artículo publicado antes en Infogeriatría.