Accent Social ha renovado el sello «Etiqueta responsable»
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23 diciembre, 2022El desarrollo del deterioro cognitivo en personas mayores conlleva un cambio drástico tanto para la persona que lo padece como para su entorno familiar.
A menudo, ante la falta de diagnóstico y la aparición de los primeros síntomas, el desconcierto puede provocar situaciones de falta de comprensión de algunos de los nuevos comportamientos que manifiesta la persona mayor.
Frente al desconocimiento de algunas familias sobre cómo actuar ante esta situación, en ocasiones sobrevenida, el equipo de profesionales de Accent Social ofrece atención y acompañamiento, para que tanto las personas usuarias de nuestros servicios como sus familias, puedan aprender a gestionar esta nueva realidad.
LA IMPORTANCIA DE UN DIAGNÓSTICO PRECOZ
Existen distintos signos que pueden alertar del inicio de un posible deterioro cognitivo. Entre los principales síntomas se encuentran:
- Desorientación de tiempo y lugar. La persona puede tener dificultad para recordar algunas fechas o identificar el espacio temporal en el que se encuentra.
- Pérdidas significativas de memoria que a menudo pueden manifestarse como incapacidad para mantener el hilo de una conversación sobre el pasado o un bloqueo repentino que le imposibilita recordar algo.
- Dificultad para comprender las instrucciones de una tarea impidiéndole llevarla a cabo.
- Cambios en el comportamiento. Algunas personas con deterioro cognitivo pueden mostrarse apáticas y experimentar irritabilidad.
- Dificultad para expresarse y encontrar las palabras adecuadas para referirse a algo o a alguien.
Aprender a detectar esta sintomatología resulta clave para lograr un diagnóstico médico temprano. Por ello, el equipo de profesionales de atención directa a personas usuarias de Accent Social recibe una formación específica para identificar los primeros signos de deterioro cognitivo.
“Los trabajadores y trabajadoras familiares del servicio de atención domiciliaria (SAD) frecuentemente son la primera línea de detección, especialmente en personas mayores que viven solas ya que, al visitarlas a diario, pueden detectar posibles cambios en el comportamiento y así, dar aviso a las familias”, explica Lorena Cifuentes, jefa de servicio de servicios de atención domiciliaria gestionados por Accent Social.
Por otra parte, ante la aparición de cualquier signo de alerta es recomendable acudir a un profesional médico, ya que a partir de una evaluación neurológica y neuropsicológica, se podrá obtener un diagnóstico precoz para iniciar el tratamiento más adecuado y hacer un seguimiento de la evolución de los síntomas.
REFORZAR EL VÍNCULO AFECTIVO
Si bien un diagnóstico de afectación cognitiva supone que las actividades diarias de la persona se irán viendo afectadas de forma progresiva, hay que tener en cuenta la importancia de favorecer la realización, durante el máximo de tiempo posible, de estas actividades básicas de la forma más autónoma posible.
No obstante, el día a día en el acompañamiento de la persona mayor que empieza a variar algunas de las nociones de su realidad, puede despertar en los familiares un sentimiento similar al duelo, ante la pérdida progresiva de la persona, tal y como la conocían.
Tal y como explica, Nerea Villar, gerocultora del centro de día de La Pobla de Mafumet, “es habitual que aparezcan sentimientos de tristeza, rabia o enfado en algunas familias ante la impotencia de no saber cómo actuar en determinadas ocasiones”.
Por ello, buscar el apoyo y asesoramiento en un equipo profesional de atención a las personas puede suponer el paso clave para aprender a gestionar estas nuevas situaciones.
Asimismo, algunas pautas importantes a seguir son:
- Paciencia: Es imprescindible que la persona pueda tomarse el tiempo necesario para responder a algunas de las cuestiones que se le plantean. Del mismo modo, debe encontrar una escucha activa e interés por parte del receptor.
- Explicar las cosas de forma sencilla. El uso de un vocabulario claro y conciso durante las conversaciones facilita la comprensión del mensaje.
- Mostrar fotografías. El empleo de fotografías favorece la evocación de recuerdos de vivencias personales.
- Musicoterapia. Del mismo modo que las imágenes, algunas canciones pueden asociarse a momentos vividos y estimular los recuerdos.
- Actividades físicas lúdicas. El baile o la práctica de algún juego permite reforzar la socialización, mejora el estado de ánimo y la estimulación cognitiva.
- Acciones cotidianas. Mantener la realización de tareas domésticas y promover sus actividades preferidas en compañía, favorece la psicomotricidad y la actividad física.
- Contacto físico. El contacto físico recurrente y el uso de un tono de voz suave ayuda a serenar a la persona y evita que experimente situaciones de ansiedad e irritabilidad.
Que las personas usuarias y familias a las que acompañamos logren disfrutar de sus actividades diarias, mejorando su calidad de vida y su relación con el entorno, supone un compromiso que desde Accent Social queremos seguir manteniendo y mejorando, día tras día, en todos los servicios que prestamos.
Articulo publicado antes en Geriatricarea.